DÍA 9 ADOPTANDO NATURALEZA DE SIERVO

Filipenses 2:5-8 DHH
5 Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, 6 el cual:
Aunque existía con el mismo ser de Dios,
no se aferró a su igualdad con él,
7 sino que renunció a lo que era suyo
y tomó naturaleza de siervo.
Haciéndose como todos los hombres
y presentándose como un hombre cualquiera,
8 se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte,
hasta la muerte en la cruz.
Jesucristo era humilde, dispuesto a negar sus derechos a fin de obedecer a Dios y servir a la gente. Como Cristo debemos tener una actitud de siervas y servir por amor a Dios y a los demás, no debemos hacerlo por temor o sentimientos de culpa o por rendir cuentas a otros.
Nosotras determinamos con qué actitud vamos a hacerlo.
Este y todos los momentos podemos escoger entre imitar el ejemplo de Cristo y buscar la oportunidad de servir a los demás o volvernos egoístas esperando ser servidas. Y estando en casa nuestros corazones van a ser revelados .
¿Te has descubierto quejándote todo el tiempo porque quienes viven contigo no te ayudan? ¿Porque no te consideran? ¿has tomado una actitud de víctima porque no recibes llamadas para preguntar como estás? ¿Te enojas porque las cosas no resultan como tú quisieras? ¿Te frustras ante el encierro y la incomodidad de la contingencia?
¿Reaccionas mal cuando alguien te contradice? ¿Te ofendes fácilmente?
Marcos 10:42-45 nos recuerda la actitud de siervas que como cristianas debemos adoptar. Debemos ser esclavas de los demás si queremos ser las primeras. Estas palabras vienen precisamente de Aquél que primero nos dio el ejemplo. Jesús dejó su lugar junto a su Padre por voluntad propia, por obediencia a Él y por amor a nosotras. No renunció a su Deidad pero si a sus derechos de Gloria y Poder.
Se hizo como nosotras y experimentó las mismas debilidades sólo que Él jamás pecó.
Muchas veces nosotras excusamos nuestro egoísmo o nuestros pecados diciendo: tengo derecho a... Merezco que... Necesito... Me debes... ¡Claro que puedo hacer esto porque tengo derechos!
Pero la Cruz quita nuestras excusas, elimina cualquier justificación para pecar.
Jesús vino a morir en una Cruz por nosotras, eso debe motivarnos a vivir agradecidas dispuestas a servirlo, dispuestas a servir a los demás aunque no recibamos reconocimiento ni consideración.
Cuando estamos dispuestas a renunciar nuestros derechos desarrollamos humildad y nos volvemos más como Cristo.
No podemos olvidar esta preciosa escritura:
«El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo.»
1 Juan 2:6 DHH94I
Hoy anhelemos imitar a nuestro señor y convirtámonos en esclavas de los demás renunciando a nuestros derechos.