CONVENCIDO O CONVERTIDO

03.02.2020

HAGEO 1: 2-7 DHH

2-3 Y esto es lo que dijo el Señor todopoderoso por medio del profeta: «Esta gente dice que todavía no es tiempo de reconstruir mi templo. 4 ¿Y acaso para ustedes sí es tiempo de vivir en casas lujosas, mientras que mi templo está en ruinas? 5 Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta. 6 Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no se sienten satisfechos; beben, pero se quedan con sed; se abrigan, pero no entran en calor; y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto. 7 Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta.

La gente, el pueblo judío, tenía la idea equivocada de que aún no había llegado el tiempo de Dios para reanudar la construcción del templo de Dios. Ellos habían regresado a Jerusalén, después de un largo y penoso exilio con mucho entusiasmo y alegría, pero sus ánimos decayeron y llegaron a enfriarse totalmente. Comenzaron a reconstruir muros y a poner vallas en sus  propiedades, y hasta lograron edificar sus propias casas. El esfuerzo y tiempo de todo el pueblo fue empleado en afianzarse y estabilizar cada uno su situación personal. Pasó el tiempo y no sólo se olvidaron de su promesa de construir el templo de Dios, sino que llegaron a dar excusas para no ocuparse de ese tema. En su acomodo personal decidieron que aún no era el tiempo adecuado para edificar la casa del Señor. El pueblo comenzó a olvidarse de sus promesas hechas a Dios y dejó a un lado su responsabilidad. Dios, les hace ver que necesitaban un cambio de mente y corazón, les envió un mensajero que les hizo enfrentar a esta situación. Dios, a través de Hageo, les hizo una pregunta, muy directa e incómoda, de cómo podían ellos habitar en sus casas decoradas y bien cuidadas, mientras que su casa, la casa del Señor, estaba desierta. Leamos la amonestación que Dios les hizo en el versículo 4: ¿Y acaso para ustedes sí es tiempo de vivir en casas lujosas, mientras que mi templo está en ruinas?

El pueblo no estaba viviendo y actuando en la voluntad de Dios; no le estaban obedeciendo a Él. Para ocultar su desobediencia, en medio de su nuevo bienestar encontraron una excusa que les parecía que justificaba esa indolencia diciendo: "Bueno, no es un buen momento, todavía no es la hora de emprender esta obra, no es el tiempo adecuado para la edificación de la casa del Señor. Siempre podemos hacerlo más adelante."

Dios sabía lo que había en sus corazones y mentes y encomendó al profeta este serio pero todavía paciente mensaje que leemos en el versículo 5: Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta.

Dios pretendía llevar a Su pueblo a una reflexión personal que les hiciera ver la situación de complacencia y egoísmo a la que habían llegado, que les hiciera pensar en la situación en que se encontraban. Dios mismo les había señalado el camino correcto por el que debían transitar, pero cada uno hacía lo que bien le parecía. Y el profeta les habló de parte de Dios cuando analizó la realidad cotidiana de su pueblo, como leemos en el versículo 6: Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no se sienten satisfechos; beben, pero se quedan con sed; se abrigan, pero no entran en calor; y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto.

En otras palabras Dios les estaba haciendo ver que aunque el pueblo estaba convencido de quién era Él, no estaban obedeciendo sus mandatos ni sometiéndose a su voluntad, y el resultado era que por más que se esforzaban y atendían sus propios asuntos no hallaban el resultado deseado porque estaban apartándose de Él (siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no se sienten satisfechos; beben, pero se quedan con sed; se abrigan, pero no entran en calor; y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto.)

Lo mismo pasa hoy en día; hay mucha gente que está convencida de que Dios existe pero no quieren vivir de acuerdo a su voluntad; quieren llegar a la tierra prometida sin antes pasar por el desierto, sin esfuerzo. Hoy hay mucha gente que se bautiza o como dicen el algunos grupos religiosos: "aceptan a Jesús en su corazón". Algunos dicen : "no es mi tiempo", "si quiero pero necesito tiempo". Otro tanto de gente se bautiza y al poco tiempo, unos meses o un año o dos se van de la iglesia y pierden su relación con Dios y regresan a patrones antiguos de vida, haciendo nuevamente del pecado un estilo de vida.

Nadie dijo que la vida cristiana era un jardín de rosas, habrá problemas, vendrán enfermedades, posiblemente vendrá escasez económica, crisis, malas rachas. Si te dijeron que nada de esto pasaría al volverte cristiano te engañaron. Todo esto es parte de la vida...pero hay una diferencia: que estarás al lado de Dios Todopoderoso con el cual podrás contar siempre. y además te dará fuerzas y sabiduría para hacerle frente a los problemas, mucho mejor que enfrentarlos solos y a tu manera, ¿ves la diferencia?

Veamos algunas características de las personas que al conocer el evangelio fueron solo convencidas y no convertidas y también analizar a las personas verdaderamente convertidas:

UNA PERSONA SOLO CONVENCIDA:

Una persona que solo es convencida es aquella que reconoce que Jesús es el único camino para llegar a Dios, pero no quiere vivir una vida conforme a su voluntad. Además puede incluso asistir a la iglesia y servir dentro de ella pero su forma de vida deja mucho que desear. Fue convencida pero no convertida.

También se caracteriza por tener una doble manera de pensar, está bien cuando todo va bien pero si las cosas van mal entonces se desanima y se aleja de Dios, o empieza a dudar y su fe se tambalea.

Pone sus ojos en el hombre: esta persona está más pendiente de las fallas del hombre que tener una comunión íntima con Jesús para que su vida brille y marque una diferencia entre la gente del mundo.

Cada crisis que pasa es una huida segura al mundo: cada vez que vienen problemas familiares, económicos, de enfermedad, de trabajo, regresa al mundo poniendo como excusa que desde que se hizo cristiano le ha ido mal.

Es una persona del montón: no se ocupa en mejorar su vida espiritual, cuando milagrosamente cumple; cumple lo mínimo, no va más allá de lo que se espera.

Hay áreas de su vida que no deja que nadie toque, que no ha puesto en manos de Dios; una actitud de "en esto no te metas", va a la iglesia solo,por asistir, porque "así le dijeron que era" . Está convencida de ello pero no convertida.

Aún mantienen raíces de odio, rencor, falta de perdón etc. Buscan a Dios por lo que pueden obtener de él y no por lo que ellos puedan entregar.

Ahora veamos la contraparte:

Una persona CONVERTIDA:

Es una persona que vive para Dios, que en su forma de vivir es evidente que Jesús es su Señor, que vive en él, en  sus ojos se refleja el amor de Dios y sus actos siempre van encaminados a glorificar a Dios, a darle todo el crédito.

Además esta clase de persona tiene bien cimentada su fe sobre la roca que es Jesús, es decir; no hay situación que le mueva a dudar o abandonar su fe pues su confianza en Cristo es más grande que cualquier dificultad de cualquier índole.

Su forma de vida lo dice todo. No es necesario preguntar si es cristiano pues es evidente los frutos en su vida.

Tiene una vida de servicio a Dios, esta persona no estará tranquila sin servir pues por gratitud hará cosas para que otros experimenten lo que él ha experimentado desde que conoce de Dios. No necesita que el líder esté atrás de él asegurándose de que haga las cosas, de hecho no se le necesita pedir algo cuando él mismo ya se está proponiendo para servir.

Tiene una vida de devoción, un hábito diario de lectura de la palabra y oración. Una persona firme en sus creencias, en sus convicciones y unido a Dios nada lo hará caer.

Es una persona que gana a otros para Cristo, pues quiere compartir con otros lo que Dios ha hecho en su vida.

Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) convertir significa:

Hacer que alguien o algo se transforme en algo totalmente distinto de lo que era.

¿Quién eres tú?

Puedes pasarte la vida culpando a medio mundo o a las circunstancias de tu fracaso espiritual, pero nada de lo que digas tendrá peso pues Jesús es una relación 100% personal y tu estado espiritual depende de la forma en que busques a Dios.

Puedes seguir siendo un convencido, (es muy diferente decir que crees en Dios que creerle a Dios, la biblia dice que los demonios creen en Jesús, están convencidos de su deidad, de quién es él y no por eso dejaron de ser demonios), o puedes encontrarte con el Rey de Reyes y Señor de Señores, te aseguro que él quiere encontrarse contigo; no para mejorarte como persona, sino para transformarte el una persona nueva, en alguien que sin él nunca vas a llegar a ser, quiere transformarte a su imagen. 

Piensa bien en tu conducta, en cómo has vivido estos años, pregúntate porqué a pesar de todo lo que te has esforzado en tu vida para tus metas personales no has obtenido lo que buscas, o no te has sentido pleno, piensa y pregúntate ¿en que parte de mis planes incluí a Dios? Busca estudiar la Biblia para que conozcas su voluntad y puedas ver si eres convencido o convertido a Dios.




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