DEVOCIONAL: PORQUE EL GOZO DEL SEÑOR ES NUESTRA FUERZA
En el mundo que vivimos, hay demasiadas personas sufriendo, por las circunstancias que nos rodean, en muchos casos están fuera de nuestro control.
La vida es difícil, y está llena de situaciones dolorosas, pérdidas, desacuerdos, errores y obstáculos por librar.
No podemos controlar las circunstancias o a quienes nos rodean, en consecuencia podemos esperar sufrir con frustración debido a situaciones que no son como nosotras desearíamos. Por el contrario podemos decidir confiar en Dios, entregarle nuestras cargas y depender de Él confiando en sus promesas.
Si esperamos enfrentar la vida con nuestros propios recursos, sin la ayuda e intervención de Dios, terminaremos agotadas , frustradas y con todo menos con gozo.
Afortunadamente Dios, no nos dejó solas para atravesar todos los problemas y tormentas que sabía muy bien tendríamos que cruzar.
Dios nos dejó el regalo de los frutos de su Espíritu Santo y el regalo del gozo es uno de ellos.
Cultivar el gozo en nuestras devocionales vidas nos da fortaleza para enfrentar cada día, nos da la capacidad de ir por la vida enfrentando lo que sea, no importa qué tan difícil parezca.
EL gozo nos lo arrebatan la tristeza, pesar y dolor que nuestro corazón siente, estos sentimientos y emociones nos debilitan (Proverbios 17:22) y si no tenemos cuidado de pararlos a tiempo hasta podemos llegar a enfermar.
Nehemías 8:10 NVI
No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza».
El gozo no es una sensación de felicidad que se siente sólo cuando las cosas marchan bien. Es mucho más que eso. El gozo es una de las fuerzas espirituales más poderosas del mundo.
Lee una vez más Nehemías 8:10, y te mostraré por qué. Si hiciéramos un diagrama de este versículo, y quitáramos las palabras: "del Señor", encontraríamos que en realidad está diciendo que el gozo es fortaleza. Las dos palabras son intercambiables, por esa razón, el gozo es tan importante.
Eso es lo que hace del gozo algo crucial. No se puede vivir conforme a la fe sin ser fortalecidos en el Señor, y cuando Dios quiere fortalecernos, ¡utiliza el gozo!
El gozo no es sólo un estado mental. No es una emoción. El gozo es una fuerza verdadera, y no hay nada que el diablo pueda hacer contra él. Así como el temor tiene que rendirse ante la fe, el desaliento tiene que rendirse ante el gozo.
El gozo es posible cuando conocemos no solamente nuestras propias limitaciones sino ademas reconocemos el poderío de Dios.
Es decir: que Dios está en control, que Dios tomará cuidado de nosotras y estaremos seguras no importa lo que pase.
El Poder de Dios, puede tomar el problema mas grande y transformarlo en una bendición para nosotras.
El plan de Dios siempre es el mejor para nosotras porque le importamos a Dios.
Y Él escogió darnos gozo porque sabía que lo necesitaríamos en nuestro día a día.
¡Confiemos en Dios!
Cuando te sientas débil en tu fe, angustiada, preocupada, piensa por un momento ¿a quién le estas dando el control de tu vida? ¿a las circunstancias adversas o a Dios?
Cuando decidimos creerle a Dios, nuestra vida debe cambiar en todas las áreas.
Antes de conocer a Cristo probablemente nos acostábamos tristes y nos levantábamos angustiadas, nada nos hacía felices, esto sucedía porque buscábamos siempre que algo o alguien nos hiciera felices. Pero ya no vivimos así, ¡ahora dependemos de Dios! Su Espíritu vive en nosotras y debe ser una decisión de cada día vivir revestidas de su Espíritu. (Romanos 8:9)
Mientras vivamos dependiendo de lo que pasa a nuestro alrededor, siempre habrá una buena razón o excusa para perder el gozo que Dios ha depositado en nosotras.
Decide no entregarle a nada ni nadie el regalo que Dios ha depositado en ti, El fruto de su Santo Espíritu.
¡..PORQUE EL GOZO DEL SEÑOR ES TU FORTALEZA! para enfrentar lo que sea necesario día a día en nuestra vida.
Salmos 42:5 DHH94I
(6) ¿Por qué voy a desanimarme?
¿Por qué voy a estar preocupado?
Mi esperanza he puesto en Dios,
a quien todavía seguiré alabando.
¡Él es mi Dios y Salvador!
Durante esta semana pídele a Dios que te llene del fruto de su Espíritu, medita en las siguientes escrituras, piensa en las múltiples veces que Dios te ha mostrado su bondad. Y ¡regocíjate en Él!
Salmos 118:24, Romanos 15:13, Filipenses 4:4, 1 Pedro 1:8-9, Salmo 71:23, Hechos 2:28, Job 8:20-21