DÍA 19 NO QUIERO DECIR QUE YA LO HAYA CONSEGUIDO TODO

Filipenses 3:12-14 DHH94I
12 No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. 13 Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, 14 para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús.
La Palabra que se usa en griego para perfecto es "Teleios" que tenía varios significados que se relacionaban entre sí, significa perfecto en un sentido funcional, algo totalmente desarrollado para cumplir un propósito dado, se refiere a la madurez adquirida a través del sufrimiento, en cuanto a ofrendas se refiere a la que es sin tacha para ser ofrecida a Dios y respecto a los cristianos se refiere a cristianos en plenitud de derechos y obligaciones no un recio convertido que está adquiriendo instrucción.
La idea de esta palabra se relacionaba común los mártires que a través del martirio habían sido purificados y perfeccionados y que la perfección total la alcanzaban en su muerte.
Pablo entonces se reconoce como un cristiano no completo. Es admirable que aún después de todas las cosas que había logrado, sufrido y experimentado conservaba la humildad de seguir aprendiendo, de seguir creciendo de aceptar " no soy perfecto"
Él quería seguir esforzándose por alcanzar aquello para lo que Dios lo había llamado, entendiendo: "Dios tuvo un propósito al llamarme y quiero cumplir ese propósito para no defraudarlo"
Pablo se olvidaba de lo que quedó atrás y su enfoque se centraba en seguir adelante hasta alcanzar la meta.
¿Qué cosas pueden detener nuestro crecimiento espiritual?
1.- El mirar atrás
Lucas 9:62 DHH94I
«Jesús le contestó: -El que pone la mano en el arado y sigue mirando atrás, no sirve para el reino de Dios.»
Muchas veces nos detenemos a admirar nuestros logros pasados, a recordar cómo era antes la iglesia, lo que hicimos en años pasados, cómo Dios nos usó, comparamos con el tiempo presente y nos olvidamos de avanzar.
En otras ocasiones nos atormenta la culpa de lo que fuimos antes de conocer a Cristo, nos enredamos en nuestros pecados pasados y creemos que nunca podremos cambiar, olvidamos que fuimos limpiadas y que Cristo nos lleva en su desfile victorioso que gracias a su Espíritu vamos transformándonos cada día en su imagen misma.( 2Cor. 3:18)
2.- La falta de perdón
San Marcos 11:25 DHH94I
«Y cuando estén orando, perdonen lo que tengan contra otro, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.»
La falta de perdón mata nuestras oraciones y por eso no tenemos respuestas. El perdón no es un sentimiento si no una decisión que libra al ofensor y al ofendido. Nosotras no debemos permitir que una ofensa nos robe los años de la vida si no que debemos perdonar, soltar y bendecir a nuestros ofensores.
Las ofensas son inevitables y es nuestra responsabilidad perdonar y soltar para que podamos vivir una vida unida a la voluntad de Dios. (Lucas 6:27-36)
El perdón libera, restaura y restituye, perdonar es dejar ir, es desatar, es quitar todo peso de mi vida y cortar todo lazo que me une al pasado, que me paraliza, y no me deja avanzar. La falta del perdón trae tristeza, depresión, enfermedades, la falta de perdón trae literalmente ruina espiritual y material y detiene la bendición para tu vida.
3.- El mirar a otros y no a Dios
Juan 21:21-22 DHH94I
«Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: -Señor, y a este, ¿qué le va a pasar? Jesús le contestó: -Si quiero que él permanezca hasta que yo vuelva, ¿qué te importa a ti? Tú sígueme.»
Muchas veces nuestra mirada está más puesta en lo que otros hacen o dejan de hacer, los juzgamos, nos comparamos, envidiamos, nos frustramos, nos preocupa que no cambien y Jesús tal como a Pedro nos dice "¿qué te importa a ti?" Tú sígueme,tú imitarme, tú aprende a amar como yo amo, tú no puedes cambiar a nadie Yo sí, así que pon tu mirada en mí y confía en mí (Hebreos 12:1-5)
4.- El mirar nuestro sufrimiento
Lamentaciones 3:19-24 DHH94I
«Recuerdo mi tristeza y soledad, mi amargura y sufrimiento; me pongo a pensar en ello y el ánimo se me viene abajo. Pero una cosa quiero tener presente y poner en ella mi esperanza: El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad! Y me digo: ¡El Señor lo es todo para mí; por eso en él confío!»
Pensar en nuestros problemas y sufrimientos nos acarrea tristeza y desolación, confiar en las promesas y bondad de Dios nos trae esperanza. ¡Confiemos en Dios! Y llevémosle en oración nuestras preocupaciones. (1 Pedro 5:7)
5.- La falta de renovación continua
Efesios 4:23 DHH94I
«Deben renovarse espiritualmente en su manera de juzgar,»
Cada día es una nueva oportunidad de renovarnos, de ahí la importancia de orar, meditar, leer y poner en práctica lo que aprendemos en nuestro tiempo de devoción con Dios.
Nuestro tiempo con Dios debe llevarnos a tomar decisiones diarias de perdón, de cambio en áreas de nuestro carácter no podemos ser las mismas necesitamos crecer.
Hebreos 3:12-14 DHH94I
«Hermanos, cuídense de que ninguno de ustedes tenga un corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios viviente. Al contrario, anímense unos a otros cada día, mientras dura ese «hoy» de que habla la Escritura, para que ninguno de ustedes sea engañado por el pecado y su corazón se vuelva rebelde. Porque nosotros tenemos parte con Cristo, con tal de que nos mantengamos firmes hasta el fin en la confianza que teníamos al principio.»
El versículo 12 dice: Cada día ,mientras dura ese Hoy. Si cada día somos fervorosas con Dios buscándolo,creyendo perdonando a otros, practicando lo que aprendemos llegaremos a la meta paso a paso.
¡Perseveremos por alcanzar el premio celestial!