DÍA 22 FIRMES EN EL SEÑOR

Filipenses 4:1 DHH94I
1 Por eso, mis queridos hermanos, a quienes tanto deseo ver; ustedes, amados míos, que son mi alegría y mi premio, sigan así, firmes en el Señor.
Haciendo alusión al versículo anterior donde les recuerda que el sufrimiento ha valido la pena pues un día vendrá nuestro Señor y gozaremos de la vida eterna, Pablo anima a los filipenses a mantenerse firmes.
Les llama amados míos, mi alegría y mi premio, esto nos muestra el gran afecto que sentía por sus amigos.
El premio al que se refiere era una corona y la palabra que aquí se usa es "Stefanos", esta corona tenía dos usos, era el mayor premio que un atleta podía recibir y también la usaban los invitados a los grandes banquetes o fiestas se trataba de una corona tejida de hojas de olivo, perejil fresco y laurel.
Pablo estaba tratando de decir: "ustedes mis hijos en la fe, a los que ayude a llegar a Cristo son mi mayor recompensa , la corona de mis esfuerzos y en el gran banquete que tendremos con Cristo un día serán mi mayor adorno.
Y es que para un maestro el ver a sus alumnos triunfar es motivo de gran alegría y orgullo.
El ayudar a otras personas a convertirse, el darles el evangelio de Cristo nos llena de gran alegría y en momentos de sufrimiento es un gran consuelo el saber que somos usadas por Dios.
En este capítulo Pablo menciona tres veces "en el Señor" y en este primer versículo lo hace al decir: sigan firmes en el Señor, la palabra que usa aquí es "Stéketes" una palabra que se usaba para describir la actitud valiente de un soldado en la batalla, la fuerza que necesitaba para resistir el ataque del enemigo.
Y esa fuerza para resistir la tentación en momentos difíciles y el valor cuando nuestra cobardía se hace presente sólo Jesucristo nos los puede dar, sólo Él puede fortalecer nuestra fe y ayudarnos a permanecer firmes en la batalla espiritual que libramos cada día.
Hoy meditemos en esta escritura y mantengámonos firmes en el Señor.
Efesios 6:10-11 TLA
10 Finalmente, dejen que el gran poder de Cristo les dé las fuerzas necesarias. 11 Protéjanse con la armadura que Dios les ha dado, y así podrán resistir los ataques del diablo.