EN TIEMPOS DE CRISIS DIOS NOS DA UNA ESPERANZA

Salmo 23:1-6 DHH
(1b) El Señor es mi pastor;
nada me falta.
2 En verdes praderas me hace descansar,
a las aguas tranquilas me conduce,
3 me da nuevas fuerzas
y me lleva por caminos rectos,
haciendo honor a su nombre.
4 Aunque pase por el más oscuro de los valles,
no temeré peligro alguno,
porque tú, Señor, estás conmigo;
tu vara y tu bastón me inspiran confianza.
5 Me has preparado un banquete
ante los ojos de mis enemigos;
has vertido perfume en mi cabeza,
y has llenado mi copa a rebosar.
6 Tu bondad y tu amor me acompañan
a lo largo de mis días,
y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré.
David, es el autor de este salmo, cuando lo escribe ya era un adulto.
Durante su adolescencia y juventud, habiendo crecido en una familia cuyo trabajo era cuidar las ovejas, su padre le enseñó este oficio que incluye la responsabilidad de cuidar las ovejas día y noche.
David
supo que es darles pasto y agua a las ovejas, supo que es llevarlas por sendas
donde había que cuidarlas de animales peligrosos. David supo cómo cuidar de la muerte a las
ovejas. En una conversación que él tuvo
con el entonces rey Saúl, David le explicó: "cuando venía un león, o un oso, y
tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba
de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo
hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; ..." (1 Samuel
17:34b-36a).
Ahora, David se pone en el lugar de una oveja, y pone a Dios en el lugar de un pastor, y dice de Él: "Dios es mi pastor" (Salmo 23:1a). Cuando él escribe este salmo, es porque había analizado cómo en su vida o en su propia alma humana estaba ocurriendo provisiones similares como las que él proveía a sus ovejas del campo.
Es
por eso que, habiendo aprendido a confiar en Dios, dice de Él, que: "En lugares
de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará
mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en
valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu
vara y tu cayado me infundirán aliento" (Salmo 23:2-4).
David, encuentra en Dios el proveedor de todas las cosas tanto materiales como espirituales que van desde la comida, el agua, y hasta del cuidado en los peligros donde acecha la muerte.
Es sobre todo esto, y mucho más que David lleno de confianza en Dios, ve en Dios al supremo pastor del cuerpo y alma para Él, con la plena confianza de que durante toda su vida "NADA ME FALTARÁ" (Salmo 23:1b).
David estaba analizando que Dios le había cambiado la vida sacándole del medio pastoril, a ser el rey de Israel, y por eso reconoce de Dios que:
"5 Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar." (Salmo 23:5).
Y la mejor provisión que David encontraba en Dios, es el gozo de poder encontrarse con la presencia de Dios en donde se encontrara el tabernáculo o por lo menos el arca del pacto. Es por eso que dice:
"Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días" (Salmo 23:6).
Hermanos, Dios también tiene provisiones tanto para nuestra alma, pero no solamente para nuestra alma, sino también para nuestro cuerpo. En esta temporada de crisis sanitaria por causa del Covid-19, no nos desesperemos por ejemplo haciendo compras de pánico.
Vale
la pena recordar: "NADA ME FALTARÁ".
Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, dijo:
Mateo 6:25-26 TLA
"25 »No vivan pensando en qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. La vida no consiste solamente en comer, ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan. 26 »Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¡Y ustedes son más importantes que ellos!
Así como en Cristo tenemos esperanza para la eternidad, también por Cristo tenemos esperanza para mañana y cada día de nuestra vida. En estos momentos, cada miembro de la familia debe fortalecer esta fe en Dios, creyendo que en Dios: "NADA ME FALTARÁ".
Les mando un fuerte abrazo Jorge Barrientos.