DÍA 6 Para mí la vida es Cristo y la muerte ya es ganancia.

Filipenses 1:20-26 TLA

20 Espero firmemente no hacer nada que pueda avergonzarme. Al contrario, sea que yo viva o muera, quiero portarme siempre con valor para que, por medio de mí, la gente hable de lo maravilloso que es Cristo.

21 Si vivo, quiero hacerlo para servir a Cristo, pero si muero, salgo ganando. 22-23 En realidad, no sé qué es mejor, y me cuesta mucho trabajo elegir. En caso de seguir con vida, puedo serle útil a Dios aquí en la tierra; pero si muero, iré a reunirme con Jesucristo, lo cual es mil veces mejor. 24-25 Pero yo sé que ustedes me necesitan vivo. Por eso estoy seguro de que me quedaré, para poder ayudarlos a tener más confianza en Dios y a vivir felices. 26 Así que, cuando yo esté otra vez con ustedes, tendrán más motivos para alabar a Jesucristo.

Para los que no creen en Dios la vida en la tierra es todo lo que hay por lo tanto es natural para ellos empeñarse en los valores mundanos como el dinero, popularidad, poder, placer y prestigio; para Pablo sin embargo la vida significaba desarrollar valores eternos y hablar a otros acerca de Cristo que es el único que puede ayudarnos a ver la vida desde una perspectiva eterna.

Lo máximo en la vida de Pablo era hablar con valor, energía y decisión en favor de Cristo y ser semejante a él por eso Pablo pudo decir con total confianza que morir sería mejor que vivir porque al morir se libraría de las inquietudes del mundo y vería a Cristo cara a cara. (1 Cor. 13:12)

Esto debe animarnos a vivir cada día con la seguridad de estar listas para morir si así fuera la decisión de Dios, cuando pensamos en la eternidad como nuestra podemos ser libres de muchas ataduras como el miedo, la inseguridad o la ansiedad para servir entregadas a lo que realmente vale sin temor a la muerte. Pablo tenía un propósito para vivir cuando servía a los Filipenses y a los demás, nosotras también necesitamos una meta que vaya más allá de nuestras necesidades físicas ¿cuáles tu meta? ¿Tienes en mente a alguien a quien quieres llevar a la salvación? ¿Estás sirviendo o ayudando a alguien que lo necesita? Tienes presente ¿cuál es el propósito de tu vida? Pablo animó a los creyentes a estar unidos a estar firmes en un mismo espíritu combatiendo unánimes por la fe(1 Corintios 1:10) (Hechos 4:32) como discípulas de Cristo y hermanas e la fe no podemos estar distraídas con problemas entre nosotras con diferencias. En lugar de eso debemos unirnos en oración y en el propósito común de servir a Cristo.

Hoy piensa en alguien con quien quieres comenzar a estudiar la Biblia y comienza a orar por ella, luego elabora un plan para comenzar a hacer una amistad con ella y hablarle de Cristo.

Piensa además en alguien que necesite de tu ayuda tal vez una llamada de ánimo, escucharla, enviarle un mensaje, pregunta por qué quieres que ores por ella; o si sabes que requiere apoyo económico organiza una despensa para ella con otras hermanas.

Tal como Pablo debemos vivir enfocadas en otras no sólo en nuestras necesidades.

A fin de poder decir: "Para mí la vida es Cristo y la muerte ya es ganancia"