SALMO 119: 5

27.11.2018

   " Ojalá fuesen ordenados mis caminos Para guardar tus estatutos!" RVR 1960

"Quiero corregir mi conducta y cumplir tus mandamientos. TLA.

Habiendo descrito la felicidad de aquellas personas que viven en obediencia a la Palabra de Dios (v.1-4), el salmista ahora comienza a expresar su anhelo personal por alcanzar esa clase de vida.

Déjame decirte que el v. 5 inicia con el término "¡Ojalá!" o "Quiero". ¡Qué palabra más expresiva! Uno siente que viene del fondo del alma del salmista. Expresa su profundo anhelo por vivir una vida de santidad; sintiendo, a la vez, en carne propia, las luchas contra el pecado, y las tentaciones del mundo.

Pero, ¿qué es lo que el salmista anhela tanto? Simplemente que sus "caminos" sean "ordenados". La palabra, "caminos", describe la forma de vida del salmista - su comportamiento; su diario vivir. Él era un hombre que amaba mucho a Dios; sin embargo, también reconocía sus fallas y debilidades, como ser humano. Al igual que David, confesaría tener una naturaleza pecaminosa.

Es por eso que en Sal 51:5

    5 Pues soy pecador de nacimiento, así es, desde el momento en que me concibió mi madre. NTV.

Y del mismo modo Isaías acepto que era un hombre inmundo:

Isaías 6:5 

Entonces dije: «¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el Señor de los Ejércitos Celestiales». NTV. 

Entendiendo esto, el salmista expresa un profundo anhelo de que sus "caminos" sean "ordenados", por Dios. El verbo en hebreo, traducido "ordenados", es 'kun', que significa 'establecer' o 'afirmar'.

Déjeme decirte que este término se usa en Josué 3:17, cuando se dice que los sacerdotes se pararon firmes en medio del río Jordán, mientras el pueblo cruzaba en seco; el verbo también se usa en 1 Rey 2:12, 14, cuando Dios afirmó el reino de Salomón. En la vida cristiana necesitamos firmeza espiritual, y Dios es la única persona que nos puede dar eso. Por ende, dependemos de Él para vivir una vida cristiana victoriosa (2 Cor 2:14; 1 Tes 5:23-24).

Sin embargo, aunque dependemos de Dios para esa firmeza espiritual, es importante reconocer que no somos totalmente pasivos en el asunto. En 2 Crón 12:14, el rey Roboam es criticado precisamente porque "no dispuso ('kun') su corazón para buscar a Dios"; es decir, no 'afirmó' su corazón para buscar al Señor. Esta es la responsabilidad de cada creyente. Como hijos de Dios, debemos tomar decisiones firmes y estables, en cuanto a nuestro comportamiento, para lograr una vida que le agrada a Él. Un buen ejemplo de ello es Esdras, quien "había preparado su corazón para inquirir la ley de Dios y para cumplirla..." (Esdras 7:10). ¿Podemos decir eso de nosotros mismos? ¿Hemos dispuesto nuestros corazones para poner en práctica la Palabra de Dios, o estamos vacilando en algún aspecto de nuestra obediencia al Señor? Si es así pidamos que Dios nos fortalezca, para ser más firmes en nuestra obediencia (Fil 2:12-13) .

También al expresar ese profundo anhelo de recibir fortalecimiento espiritual, el salmista da a entender que su deseo principal era "guardar tus estatutos" (v.5b). En el verso 4, el autor había declarado que Dios 'encargó' que se obedecieran estrictamente Sus mandamientos. Sin embargo, como ya hemos notado, al considerar su propia vida espiritual, el salmista reconoció su gran debilidad. Quería guardar los mandamientos de Dios, pero no siempre era firme en sus decisiones de vivir en obediencia a la Palabra de Dios. 

Siendo que el problema radicaba en su voluntad. Como dijera el Señor, "el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mat 26:41). Por eso, el salmista clama a Dios en oración, y pide mayor firmeza espiritual.

Recuerda que Todo creyente es consciente de luchar contra el pecado. Si fuéramos honestos, lo reconoceríamos, y confesaríamos nuestra necesidad de Dios.

Como dice Jeff Adams:"...nuestros caminos no están ordenados. (Es un paralímpico canadiense y seis veces campeón mundial en deportes de silla de ruedas.)

Hay un tremendo conflicto entre la voluntad de Dios...y la naturaleza del hombre...Hay algo que está desesperadamente mal con la naturaleza del hombre. Nuestros caminos por naturaleza no se ordenan para guardar los estatutos de Dios". Es por eso que dependemos totalmente de Dios para vivir la vida cristiana. Sólo Él nos puede dar la fuerza espiritual necesaria para vencer el pecado.

Pero, ¿cómo recibimos esa fortaleza espiritual? La Biblia indica varias fuentes. En primer lugar, está la oración. Eso fue lo que Cristo dijo a Pedro:

Mateo 26:41 

    41 No se duerman; oren para que puedan resistir la prueba que se acerca. Ustedes están dispuestos a hacer lo bueno, pero no pueden hacerlo con sus propias fuerzas.» TLA.

Si descuidamos nuestra vida de oración, seremos débiles ante las tentaciones del 'mundo' y de la 'carne'. Es nuestra comunión con Dios lo que nos fortalece espiritualmente.

En segundo lugar, está la lectura de la Palabra de Dios. Si no nos alimentamos bien, espiritualmente, nunca seremos fuertes contra el pecado. Por eso Pedro recomendó a los nuevos creyentes del primer siglo:

1 Pedro 2:2

    2 Más bien, busquen todo lo que sea bueno y que ayude a su espíritu, así como los niños recién nacidos buscan ansiosos la leche de su madre. Si lo hacen así, serán mejores cristianos y Dios los salvará, TLA.

Esto no es algo que solo los nuevos creyentes tienen que hacer; aun los creyentes maduros necesitan seguir alimentándose de la Palabra de Dios, para mantener su vigor espiritual (Heb 5.14). Una falta de alimento sólido, nos debilita espiritualmente.

En tercer lugar, debemos mencionar la llenura del Espíritu Santo. Dios nos ha dado de Su Espíritu, para fortalecernos espiritualmente (Efe 3:16). Fue por eso que Cristo mandó a los discípulos a quedar en Jerusalén, hasta que reciban el poder que Dios les enviará.» TLA. (Lucas 24:49). 

Este poder no fue solo para servir a Dios, sino también para vivir para Dios; vivir vidas de gran firmeza espiritual. Pedro es un ejemplo de la diferencia que hace la llenura del Espíritu Santo. Antes de Pentecostés, fue vacilante; prometió seguir a Cristo hasta la muerte, pero enseguida negó conocerlo. Sin embargo, luego de Pentecostés, Pedro fue un hombre transformado - firme, al predicar la Palabra de Dios, y firme al dar testimonio ante las mismas personas que crucificaron a Cristo (Hch 2:14, 37-38).

¿Tenemos esta firmeza espiritual? Si no, es tiempo de exclamar a Dios:

    "¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos. Para guardar tus estatutos" RVR 1960

"Quiero corregir mi conducta y cumplir tus mandamientos." TLA. 

Pero no se trata de solo pedir a Dios su ayuda; también debemos cumplir nuestra responsabilidad, de buscar esa firmeza espiritual que nos hace falta - manteniendo una buena comunión con Dios, alimentándonos de su Palabra, y buscando cada día la llenura del Espíritu Santo.

Hermanos sigamos hacia  adelante siempre con la vista fija en Jesús.

Que tengan un buen inicio de semana. 


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